Pastor David Jang – El sufrimiento de la Cruz y las lágrimas de la Piedad

Este texto presenta el mensaje central de la predicación sobre la “Cruz” que el Pastor David Jang comparte en la Semana Santa (Holy Week), y lo vincula con la célebre obra de Miguel Ángel, la Piedad (Pietà), para una meditación más profunda.


I. El significado de la Cruz según la predicación de David Jang en Semana Santa

1. Contexto de la Semana Santa y marco teológico de la Cruz

La Semana Santa (Holy Week) es un tiempo muy especial para conmemorar y reflexionar sobre la Pasión de Jesucristo. Tradicionalmente, comienza el Domingo de Ramos y culmina en la mañana del Domingo de Resurrección. Durante este período, la Iglesia recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén, la Última Cena, la oración en Getsemaní, el juicio ante Pilato, la crucifixión, el sepulcro y la Resurrección. Para la fe cristiana, estos acontecimientos constituyen el núcleo de la obra salvadora de Jesús hacia la humanidad, y la raíz de la confesión de fe que lo proclama como “Salvador”.

Cada año, durante la Semana Santa, el Pastor David Jang (장다윗) predica sobre el “Camino de la Cruz” (The Way of the Cross) que Jesús recorrió. Sin embargo, no se limita a tratar estos hechos como meros sucesos históricos o como simple doctrina; insiste en conectar el sufrimiento de Jesús con los desafíos y problemas que enfrentamos hoy, tanto a nivel social como individual. Esto lleva a la pregunta: “¿Podemos aplicar realmente el acontecimiento de la cruz en nuestra vida diaria?” Con base en Filipenses 2:5-8 (“…se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”), expone la esencia de ese mensaje.

1) De instrumento de castigo romano a símbolo de salvación

En tiempos de Jesús, el Imperio Romano utilizaba la crucifixión como la forma de ejecución más baja y vergonzosa. Se reservaba para criminales particularmente violentos o despreciables. El madero de la cruz era, literalmente, “un madero de maldición”. Sin embargo, ese cruel instrumento se transformó, mediante la muerte de Jesucristo, en el distintivo de la salvación para la humanidad y en un símbolo de esperanza. Esta paradoja del Evangelio es fundamental. El Pastor David Jang explica: “El hecho mismo de que Dios descendiera a lo más bajo es la esencia del Evangelio”, subrayando que la encarnación y el acontecimiento de la cruz son inseparables.

2) La cumbre del “vaciamiento” (kenosis)

El sacrificio de Jesús en la cruz se puede describir como “Dios mismo renunciando a sus privilegios divinos para sumergirse directamente en medio del sufrimiento humano”. En lugar de resolver el problema del pecado “desde las alturas celestiales” de una sola vez, Jesús se hizo hombre, penetró en la dura realidad y, finalmente, ofreció una expiación sustitutoria a través de la forma de ejecución más dolorosa. Desde esta perspectiva, el Pastor Jang recalca: “La ‘kenosis’ que muestra la cruz de Jesús, ese vaciamiento de sí mismo, es una gracia divina difícil de comprender con la lógica humana”.

2. Mensaje principal de la predicación en Semana Santa

En sus sermones de Semana Santa, David Jang enfatiza, de manera reiterada, tres grandes temas: (1) El amor de Dios(2) El pecado humano y el arrepentimiento, y (3) La restauración de la salvación.

1) El inmenso amor de Dios

Pocas frases expresan tan directamente el amor de Dios en la fe cristiana como Juan 3:16 (“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito…”). El Pastor Jang afirma: “El amor de Dios, revelado en la cruz, se confirma mediante la forma más horrible de muerte”. Insta a no contemplar el sufrimiento de Jesús solo de forma sentimental, sino a “participar” en el corazón de Aquel que caminó hasta el final por la senda de la cruz. Cuando sentimos ese dolor como si estuviéramos a su lado, podemos experimentar la cruz como un regalo que nos ha sido dado.

2) El pecado y la fragilidad humana

Al repasar los relatos de la Semana Santa, vemos con claridad la maldad humana y la hipocresía. La multitud que gritaba “¡Hosanna!” a la entrada de Jesús en Jerusalén, pocos días después clamaba “¡Crucifícalo!” Además, sus discípulos más cercanos lo traicionaron o huyeron. Para el Pastor Jang, “en esta historia debemos ver nuestro propio interior”. Un auténtico arrepentimiento comienza al reconocer la misma naturaleza pecaminosa que habita en nosotros y la gravedad de ese pecado.

3) El camino de la restauración y la salvación

Si con la crucifixión todo hubiera terminado, el cristianismo jamás habría nacido. Pero hubo resurrección después de la cruz. Y por ella, el sufrimiento de Jesús culminó con la obra redentora consumada y se abrió la “puerta de la nueva vida” para los creyentes. El Pastor Jang lo describe como “un único suceso en el que el sufrimiento de la cruz y la gloria de la resurrección son inseparables”. Es decir, cruz y resurrección son las dos caras de la misma moneda: por medio de “Jesús que venció la muerte”, se quebrantan el poder del pecado y de la muerte, e irrumpe la vida eterna.

3. Implicaciones espirituales y prácticas de la cruz

Lo que destaca en la predicación de Semana Santa del Pastor David Jang es que la cruz no se queda en un concepto teológico abstracto o en una doctrina, sino que se presenta como una fuerza transformadora de nuestra vida cotidiana. Invita a vivir concretamente el significado de la cruz en el ámbito personal, comunitario y cósmico.

1) A nivel personal

Pararse “ante la cruz” en Semana Santa significa, ante todo, experimentar de manera radical “soy un pecador”. Cuando nos damos cuenta de que Jesús entregó su vida voluntariamente para pagar por nuestras culpas, esa expiación cobra sentido real, y nuestra alma halla restauración y la libertad que viene del perdón.

2) A nivel comunitario

El espíritu de servicio y sacrificio que revela la cruz impulsa a los creyentes a ser compasivos entre sí, a servirse mutuamente y a atender a los necesitados. Especialmente en la Semana Santa, se recuerda la escena en que Jesús lavó los pies de sus discípulos (Juan 13). Esto motiva a la Iglesia a “llorar con los que lloran y a llevar la carga del prójimo” de manera práctica, tanto dentro como fuera de la comunidad de fe.

3) A nivel cósmico

La cruz y la resurrección de Jesús trascienden toda época y región, pues tienen un significado escatológico que abarca todo el universo y la historia. El Pastor Jang menciona el pasaje de Apocalipsis 21 sobre “un cielo nuevo y una tierra nueva”, destacando que la cruz, al final, quedará plenamente consumada en el gran designio salvador de Dios. Esta esperanza fuerte, arraigada en la victoria definitiva de Dios, nos permite trascender los sufrimientos presentes.


II. Meditación ampliada a través de la Piedad: Sufrimiento, compasión y el llanto de la Virgen

1. Panorama general de la obra Pietà de Miguel Ángel

El gran artista del Renacimiento Miguel Ángel (1475-1564) creó hacia 1499 su famosa escultura Pietà, tallada con minuciosidad en un único bloque de mármol. Se encuentra en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Representa, de manera serena, a la Virgen María sosteniendo el cuerpo sin vida de Jesús recién descendido de la cruz.

La palabra italiana “pietà” significa “compasión”, “misericordia” o “piedad”. En la tradición artística medieval y renacentista, era muy común representar el tema del dolor de Jesús y de la Virgen María en el arte religioso.

1) Un solo bloque de mármol para una obra maestra

Miguel Ángel esculpió a Jesús y a María de un solo bloque de mármol, realizando un delicado trabajo de detalle: los pliegues del manto de la Virgen, el brazo inerte de Jesús, las marcas de los clavos en manos y pies, etc. El contraste entre la frialdad propia del mármol y las suaves curvas de las figuras, tratadas con una exquisita finura, provoca gran impresión. Artísticamente, se ensalza la pericia y la profunda visión espiritual que Miguel Ángel supo volcar en la obra.

2) Una Virgen joven y hermosa

Desde un punto de vista realista, para ese momento María tendría más de 30 años tras el nacimiento de Jesús. Sin embargo, en la Pietà aparece joven, pura e idealizada. El propio Miguel Ángel comentó que deseaba expresar la “pureza espiritual y la santidad” de la Virgen. Esto está en sintonía con la tradición del “Stabat Mater”, en la que la Madre Dolorosa, aunque sufriente, se presenta con un halo sagrado y una belleza espiritual.

3) Relación con la tradición del “Stabat Mater”

Entre las composiciones litúrgicas y poéticas de la Edad Media destaca el cántico en latín “Stabat Mater Dolorosa”(“Estaba la Madre dolorosa junto a la Cruz”), que describe la congoja de la Virgen al pie de la cruz. Se ha utilizado en la liturgia católica durante siglos.
La Pietà muestra a María sosteniendo el cuerpo yacente de Jesús, ya bajado de la cruz, un momento distinto al de la Virgen “de pie” al lado del madero. Aun así, el trasfondo de compasión y sufrimiento materno que comparte con el “Stabat Mater” es esencial. Este tipo de representaciones evocan en los fieles una profunda empatía y devoción al meditar en la Pasión de Cristo a través de los ojos de María.

2. El significado de la Pietà en la meditación de la Semana Santa

La Pietà representa el instante más doloroso: Jesús, ya fallecido en la cruz, descansa en los brazos de su Madre. Paradójicamente, la sensación que trasciende es una especie de santidad y elevación por encima de la tragedia.

1) El cuerpo de Jesús descendido de la cruz

Para los creyentes que pasan la Semana Santa, el cuerpo de Jesús en la Pietà no es solo un cadáver. Es “el Hijo de Dios que cargó con todos los pecados y sufrimientos de la humanidad”. Aunque fue un ajusticiamiento cruel, para la fe cristiana, la cruz es el inicio de la salvación. Cuando David Jang exhorta a “contemplar a Jesús que lleva la cruz junto a nosotros en nuestra vida”, la imagen de la Pietà evoca el dramatismo de la Pasión y, al mismo tiempo, la nobleza sagrada que conduce al recogimiento.

2) El dolor y la compasión de la Virgen María

La Iglesia ha entendido tradicionalmente que María es “la Madre que estuvo con Jesús durante toda su vida”, desde la Encarnación y el nacimiento, pasando por el ministerio, la Pasión, la muerte y la Resurrección. Nadie permaneció más cerca del Señor que ella.

En la predicación de Semana Santa, el Pastor Jang expresa: “Es preciso tener un corazón que realmente sea capaz de llorar con los sufrimientos del Señor”. El rostro de María en la Pietà simboliza, precisamente, ese “dolor compartido”. Recordando el pasaje de Juan 19:25-27, donde María y algunos discípulos se hallaban al pie de la cruz, aprendemos que no debemos ser meros “espectadores” de la Pasión, sino participar en ella.

3) El punto de encuentro entre la desesperación humana y la esperanza espiritual

La Pietà podría parecer la imagen definitiva de la derrota y la muerte: el Hijo de Dios, aparentemente aplastado por la violencia y el pecado del mundo. Pero en la perspectiva de la fe cristiana, justamente en ese extremo de la desolación “se revela el plan salvador de Dios en su máxima expresión”.

El Pastor David Jang insiste en no olvidar la “paradoja de la cruz”. Justo en el punto donde la desesperación humana alcanza su extremo, brota la puerta que da paso a la nueva vida, pues así obra Dios. Tal como el semblante de María en la Pietà no expresa una tiniebla absoluta, la Semana Santa tampoco se detiene en la muerte, sino que conduce al amanecer de la Resurrección, “un rayo de luz” escondido en medio del dolor.

3. Ampliando la meditación de Semana Santa a través de la Pietà

Para David Jang, la vivencia de la Semana Santa no se limita a la Palabra y la doctrina; también puede profundizarse por medio de la experiencia artística. La Pietà es un claro ejemplo.

1) Encuentro entre la experiencia artística y la sensibilidad espiritual

Contemplar la Pietà despierta de forma casi instintiva un sentimiento de tristeza y compasión. Este impacto emocional va más allá de la comprensión intelectual. El Pastor Jang sostiene que, al combinar la predicación, la adoración y la oración con el diálogo que propone el arte, se ensancha la sensibilidad espiritual de los creyentes. De este modo, se sumerge uno naturalmente en la atmósfera de la Semana Santa, percibiendo con mayor nitidez el sufrimiento de Jesús y el amor de Dios.

2) El amor materno de la Virgen y el corazón del “Padre Celestial”

A primera vista, la Pietà muestra la relación madre-hijo en su plano más conmovedor. El dolor de una madre que sostiene a su hijo muerto se expresa con toda su humanidad. Pero desde la óptica de la fe, esto recuerda el sacrificio del “Dios Padre que entregó a su único Hijo”.
Según Juan 3:16, Dios Padre entregó a su Hijo unigénito para la salvación del mundo, un acto que supera incluso el amor paternal o maternal más intenso que podamos imaginar. El Pastor Jang lo denomina “el aspecto maternal de Dios”, invitando a considerar, al observar a María, “el dolor del Padre” que también sufre por la entrega de su Hijo amado.

3) Dimensión práctica: expansión de la compasión y la piedad

La palabra pietà en sí misma significa “misericordia, compasión, piedad”. No se trata solo de compadecernos del sufrimiento de Jesús, sino de extender esa “solidaridad en el dolor” hacia quienes hoy padecen.
El Pastor Jang explica que las actividades especiales de oración, servicio y ayuda que la Iglesia suele realizar durante la Semana Santa, apuntan a este fin: hacer memoria de la Pasión de Cristo no para recalcar solo su dolor, sino para que cada uno participe en ese sufrimiento, y así se convierta en “un Cristo más en el mundo”. Dicho de otro modo, revivir el acontecimiento de la cruz implica servir y compadecerse de los demás en la vida diaria.


Conclusión: La unión de la Cruz y la Pietà

A través de sus predicaciones en la Semana Santa, el Pastor David Jang proclama una y otra vez que “la cruz es el centro del Evangelio cristiano”. Está estrechamente vinculada a la Resurrección de Jesús, de modo que solo cuando contemplamos la victoria de Cristo sobre la muerte, vemos cumplida la obra redentora en plenitud.

La Pietà de Miguel Ángel, por su parte, representa el momento posterior a la crucifixión, con Jesús en brazos de María, y nos recuerda “el llanto de la Virgen” y su compasión, un aspecto que a veces pasa inadvertido. Este dolor de una madre se torna en el vehículo que transmite la compasión y la voluntad redentora de Dios Padre.

En definitiva, el auténtico sentido de la Semana Santa consiste en “sentir vivamente el sufrimiento de Jesús en nuestra vida y llevar a la práctica su amor”. Cuando comprendemos que el sacrificio de la cruz es “el amor incondicional de Dios por mí”, sentimos la fuerza para humillarnos, para servir y para mirar con ternura al prójimo. Además, el gesto maternal y lleno de compasión que muestra la Pietà nos ayuda a comprender cuán real fue el “dolor en la carne” y las “lágrimas de la Madre”, expresiones de la entrega de Dios para nuestra redención.

Así, la combinación entre la predicación de Semana Santa del Pastor Jang y la contemplación de la Pietà nos sumerge en una meditación profunda donde la fe y el arte se unen. El fin último es “experimentar de verdad la victoria de la Resurrección”. No se trata simplemente de festejar la Pascua como un acto más, sino de comprometernos a encarnar en lo cotidiano el “amor sacrificado de la cruz”. Este es el sentido más hondo de la Semana Santa y el mensaje integral que nos brinda la Pietà en su punto culminante.

“De la tristeza brota la compasión que nos conduce finalmente a la vida de la Resurrección.”
— Reflexionando en Semana Santa con la Pietà y con el amor de la Cruz.


Resumen de referencia

  1. Núcleo de la Semana Santa: Un período de reflexión centrado en el plan salvador de Dios, revelado en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
  2. Énfasis de la predicación de David Jang:
    • No limitar la cruz a un hecho histórico o doctrinal, sino aplicarla a la vida de hoy.
    • Basarse en Filipenses 2:5-8, subrayando la “encarnación” y el “vaciamiento de sí mismo”.
    • Tres temas clave: el amor de Dios, el pecado humano y la restauración de la salvación.
  3. Significado teológico y artístico de la Pietà:
    • Obra maestra de Miguel Ángel que muestra a Jesús en brazos de María.
    • Vinculada a la tradición del “Stabat Mater”, a la mirada maternal y a la compasión.
  4. Profundización en la Semana Santa:
    • Unir el dolor de la cruz con la experiencia artística, para un crecimiento en la sensibilidad espiritual.
    • Contemplar el dolor de María y ejercitar la misericordia (compasión) concreta.
    • A través de la paradoja cruz-resurrección, servir a otros y asumir el compromiso de amar al mundo.

Todo esto está enmarcado en el sentido bíblico-teológico de la Pasión que se culmina con la Resurrección, siendo la clave para despertar una conciencia espiritual y una decisión de servicio renovada en quienes viven la Semana Santa.

www.davidjang.org

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